
Correr con Música: ¿Aliada o Enemiga?
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Correr con música se ha convertido en una costumbre habitual para muchos runners. Algunos dependen totalmente de sus auriculares y sienten que sin ellos no pueden entrenar, mientras que otros prefieren el silencio para concentrarse en su rendimiento. ¿Pero es siempre conveniente entrenar con música? Aquí te presentamo una reflexión sobre sus pros y contras.
Beneficios de Correr con Música
Diversos estudios indican que escuchar música mientras corres puede reducir la percepción del esfuerzo, permitiéndote entrenar durante más tiempo y con mayor facilidad. Además, ciertas canciones pueden ayudarte a mantener un ritmo constante y hasta acelerarte en momentos clave. Sin duda, disfrutar de tu canción favorita añade una dosis extra de motivación, ya sea durante un trote tranquilo o mientras esperas el autobús.
¿Cuándo Puede Ser Peligroso o Contraproducente?
Aunque los beneficios son innegables, hay situaciones en las que la música podría jugar en tu contra:
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Entrenamientos urbanos: Si corres por la ciudad, es vital estar alerta ante el tráfico y el movimiento de personas. Con los auriculares puestos, corres el riesgo de perder de vista lo que ocurre a tu alrededor.
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Sesiones intensas: Durante entrenamientos muy exigentes, es posible que la música te distraiga y no logres percibir señales importantes de tu cuerpo, como la falta de aire.
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Entrenamientos en grupo: Usar auriculares puede aislarte y restar el componente social y la energía compartida que aporta entrenar con compañeros.
¿Cuándo es Ideal Acompañarse de Música?
La música es especialmente recomendable en entrenamientos de larga duración y baja intensidad, como en un rodaje tranquilo por el campo o en la cinta de correr. En estos casos, una playlist bien elaborada puede transformar un entrenamiento monótono en una experiencia amena, sin comprometer tu seguridad ni tu conexión con las señales corporales.
Música en Competición
En el ámbito competitivo, el uso de auriculares suele estar prohibido. Las razones son claras: la seguridad es primordial, y es indispensable que mantengas los cinco sentidos activos para captar el ambiente de la carrera, el ánimo del público y, sobre todo, las señales de tu propio cuerpo. Si sientes que no puedes correr ni un paso sin música, una opción es llevar los auriculares en el bolsillo y usarlos solo en momentos puntuales, como un "rescate" para subir el ánimo o el ritmo en caso de necesidad extrema.
Conclusión
Correr con música puede ser una gran aliada para hacer tus entrenamientos más llevaderos y motivadores, siempre y cuando se elija el momento adecuado y se mantenga la seguridad como prioridad. Evalúa tus objetivos y el tipo de entrenamiento que realizas para decidir si la música es el complemento perfecto para ti o si es mejor optar por el silencio para estar completamente atento a tu entorno. ¡Encuentra el equilibrio que te permita disfrutar de cada kilómetro mientras cuidas de ti mismo!